
Detecta a tiempo cualquier alteración en su cavidad oral, ya que puede influir en su alimentación y en el desarrollo del lenguaje.
Sabemos que todo el desarrollo de tu bebé es muy importante, pero su boca es una de las áreas más sensibles y con mayores funcionalidades, tan relevantes como su lenguaje y alimentación.
Estás a punto de descubrir, a detalle y fácilmente, para qué sirve la cavidad oral de tu pequeño, por qué es tan importante su cuidado y vigilancia, y qué puedes identificar en cada una de sus estructuras.
Lengua
Con su ayuda, tu bebé podrá pasar alimento correctamente a su tracto digestivo. ¿Sabías que la lengua necesita fuerza suficiente para desplazar líquidos y sólidos? Además, sus diferentes posiciones permitirán que tu bebé articule la mayoría de los fonemas como /l/, /t/ y /k/.
Los niños pronuncian palabras utilizando la lengua, pero en ocasiones no saben dónde posicionarla para emitir el fonema y la palabra en sí. Si tu pequeño aún no lo logra a los 2 años, puedes ponerle en frente un espejo para que observe su pronunciación y mostrarle con tu boca movimientos de lengua en diferentes posiciones, así como asistir con un especialista en lenguaje.
Revisa la lengua de tu pequeño: debajo de ella existe un pliegue vertical o membrana elástica (llamada frenillo) que la une al piso de la boca. Entre 2 y 5 de cada 100 bebés nacen con frenillo lingual corto (anquiloglosia), lo cual afecta su habla e incluso puede interferir en la alimentación.
¿Por qué? Al sacar la lengua, se crea una forma de corazón que impide que haga movimientos libremente. Esto sobre todo es notorio durante la lactancia, cuando al bebé le cuesta mantener la succión del pezón y se cansa en uno o dos minutos. Es muy importante que lo lleves con un especialista, pues necesita tratamiento y en ocasiones cirugía. Por otro lado, si tose o bebe mucha agua durante la comida, necesita revisarlo un especialista.
Labios
Son el músculo con mayor movimiento todo el tiempo y donde muchos de los músculos de la cara realizan su función. Los labios son fundamentales en su desarrollo:
- En los primeros meses, la succión es su principal herramienta para alimentarse y conocer el mundo.
- Al comer ejercita estos músculos para también lograr un selle labial correcto.
- Ayudan a tener control de la salivación, la cual es excesiva en los primeros 8 meses, pero después va disminuyendo conforme domina los movimientos bucales y la masticación de los alimentos sólidos.
- Son los indicados para emitir fonemas y, gracias a ellos, logrará decir tu palabra favorita: “Ma-má”.
Si notas que los labios de tu bebé no se mueven continuamente, si después de los 9 meses no tiene un correcto control de la salivación o si a los 13 meses tu bebé no ha dicho palabras como mamá o papá, o aún no balbucea, toma nota y coméntalo con su pediatra.
Dientes
Su erupción aparecerá alrededor de los 6 meses de edad. Es necesario estar al pendiente de este proceso, ya que los primeros dientes nos darán la pauta para ir introduciendo alimentos distintos a la leche.
Comer sólidos le dará gradualmente mayor fuerza a los músculos de su boca, algo que influirá directamente en el habla. Por ejemplo, los dientes son también importantes en la fonación o pronunciación de la /s/, /t/ y /ch/, entre otros.
Observa el crecimiento y la forma de los dientes de tu bebé. Evita el uso del chupón porque éste puede provocar que los dientes se extiendan y haya un gran espacio entre ellos, además de estar relacionado con mala deglución e incorrecta articulación de palabras.
La higiene bucal es indispensable para el correcto desarrollo dental. Recuerda que los dientes de leche (que serán 20 en total) van abriendo el espacio para las piezas definitivas que lo acompañarán toda su vida para masticar, hablar y sonreír.
Paladar óseo y blando
El paladar es la pared superior o techo de la cavidad oral. Se conforma de una área ósea (dura) y otra de tejido blando; ambas apoyan la alimentación, respiración y articulación de las palabras. Examina en tu bebé que no exista alguna abertura en esta estructura, o bien, puedes palparlo al escuchar que emite sus primeras palabras de forma nasal o “gangosa”.
Hay que checarlo porque, en ocasiones, existen aberturas internas en el paladar blando, que no permiten la correcta respiración ni la emisión de fonemas. De hecho pueden observarse a simple vista. La forma del paladar debe ser estrecha, aunque no de forma exagerada que impida que la lengua toque el paladar. En caso de que veas una anomalía en esta zona, llévalo pronto con un especialista.