Humidificador: el aliado para que tu bebé no se enferme

Darle a tu hijo un aire humidificado en casa ayudará a proteger la mucosa de sus vías respiratorias para que no se enferme y respire mejor.
Los bebés y los niños viven cada año entre 3 y 8 episodios de enfermedades respiratorias. Es imposible prevenirlas al cien por ciento debido al contagio (por ejemplo, en la guardería), pero tú puedes crear las condiciones nutricionales y ambientales que ayuden a aminorar el riesgo de que tu hijo se enferme de gripe, resfriado común o algún cuadro respiratorio causado por bacterias.
¿Qué alimentación necesita para que su sistema inmunológico esté fuerte y lo defienda de este tipo de infecciones? Tú ya lo sabes: alimentos ricos en vitaminas A, C y D, especialmente frutas y verduras.
¿Y en cuanto al entorno? Tienes que saber que, cuando hace frío y en un ambiente seco, las mucosas que recubren las vías respiratorias se resecan, irritan e inflaman, haciéndonos más propensos a desarrollar una infección por virus o bacteria. Si esto pasa en adultos, ahora imagínate en un niño pequeño que, en general, es más sensible a los agentes externos y alérgenos (factores que provocan reacciones alérgicas, como el polvo, el polen o la caspa en el pelo de perros y gatos).
Por eso, aumentar la humedad en casa ayuda a eliminar el aire seco que puede inflamar los conductos en la nariz y la garganta del niño.
Cómo mejorar la respiración y salud de tu bebé
Al procurar un aire humidificado en la casa y en su cuarto, es posible:
- Eliminar el aire seco que irrita e inflama las vías respiratorias (algo muy útil en personas que sufren asma).
- Prevenir enfermedades respiratorias.
- Aliviar la congestión nasal producida por los resfriados y la gripe.
- Disolver el moco de manera que pueda expulsarse más fácilmente.
- Mantener la piel humedecida y reducir su resequedad, sobre todo en tiempos de frío.
Es muy recomendable usar un humidificador para mantener las funciones naturales que protegen la mucosa en la nariz y el tracto respiratorio, ofreciendo mejores condiciones para el bienestar de toda la familia.
La temperatura ideal para que las mucosas no se resequen ni irriten: entre 16º C y 20º C.
Así se utiliza el humidificador
- Busca uno de vapor frío (vaporizador), pues el de vapor caliente es riesgoso si un niño se acerca demasiado.
- Llénalo con agua mineral.
- Colócalo a unos dos metros de distancia de la cuna o la cama de tu hijo.
- Prográmalo en un 30 o 35% de humedad para que no se mojen las superficies del cuarto al tacto, de manera que no proliferen hongos o moho.
- Todos los días vacía el agua y límpialo para evitar que se acumulen microorganismos en su estructura.