
Una vez que tu bebé llega a su primer cumpleaños, el ritmo y la velocidad de crecimiento disminuye, pero su cerebro sigue formando conexiones para asimilar el mundo y resolver los retos que llegan cada día, especialmente fomentados por las habilidades motrices de tu pequeño o pequeña.
Tu bebé ya empieza a caminar sostenido de muebles o quizá ya lo haga sin apoyo. Tu bebé pronto empezará a subir escaleras, brincar con un pie, correr y, como a los 22 meses de edad, estará listo para controlar esfínteres y aprender a ir al baño sin necesidad de usar pañal. Ahora sí quiere tocar todo lo que ve y le rodea, aprovechando sus movimientos cada vez más coordinados
¿Qué pasa con su crecimiento? La cabeza de tu hijo, que en el nacimiento era sólo un tercio de la de un adulto, ya casi ha adquirido su tamaño final a los 2 años de edad. Un niño alcanza la mitad de su altura de adulto justo al llegar a su segundo cumpleaños. Después del primer año, la altura de un niño es más importante que su peso a la hora de detectar problemas de crecimiento. Un niño puede perder algo de peso durante una enfermedad, así como detener su crecimiento, pero una vez que esté sano, crecerá más para compensar.
Jugar es el trabajo de tu bebé
Tal cual: es la única forma de aprendizaje natural para tu bebé. Literalmente, jugar es el trabajo de los niños y debemos tomárnoslo en serio como padres. Un niño necesita aprender para sobrevivir y es justo jugando como adquiere las habilidades que necesita para el aprendizaje y el crecimiento.
Es muy importante que los juguetes sean adecuados para el momento de desarrollo de tu hijo, de tal forma que pueda aprovecharlos y no se desmotive cuando no logre manipularlos o entender cómo se juega. Los juguetes que crecen con el niño son muy recomendables. Jugará mil veces con los juegos de construcción sencillos, que pueden ampliarse con el paso del tiempo.
No esperes demasiado a corto plazo, pues los niños pequeños tienen periodos de atención muy cortos e incluso un juguete nuevo sólo le ocupará unos minutos. Generalmente a los niños de edad escolar no les importa quedarse solos en su habitación durante largos periodos de tiempo, pero los niños más pequeños todavía necesitan la presencia de mamá y papá para sentirse seguros durante el juego.
También jugar constituye una actividad social y es una de las principales formas en que un niño aprende a relacionarse con otras personas. Piensa por un momento en las horas en que tú y tu bebé jugaron con una sonaja. Esta forma de dar y recibir es la primera experiencia de tu hijo en esperar turnos, participar e interactuar, algo que constituye en conjunto la base de las buenas relaciones.
A partir de los 12 meses de edad, tu bebé tendrá mayor interés en jugar con otros adultos y otros niños, aunque no esperes que suceda inmediatamente, ya que también se atraviesa la etapa llamada angustia de separación (entre los 9 meses y 2 años de edad), donde toma conciencia de que es un ser autónomo y tiene miedo de que te alejes, pues cree que si te vas no regresará.
El juego enfocado y libre
Fomenta la concentración desde pequeño, una habilidad que tardará bastante en madurar durante la infancia. Alterna las actividades entretenidas y muy dinámicas con momentos de tranquilidad y relajación, particularmente para que aprenda a estar solo y asimile los conocimientos del día. Pregúntale cosas relacionadas a los que estén jugando para que se enfoque aún más en la actividad. Escúchalo siempre y responde según su edad.
Evita la tentación de resolverle todo y permítele pensar cómo resolver un problema o un juego por sí mismo. Ese es el mensaje más poderoso que le dice “Tú puedes, eres capaz”. Anímale a terminar la actividad y celebrar sus esfuerzos, no sólo sus logros.
Juguetes recomendables para esta etapa:
- Construcción con piezas grandes y cada vez más pequeñas que se apilen o entren una en la otra (de distintos tamaños).Los que estimulen los primeros pasos o ayuden a consolidar la marcha, como los andadores o correpasillos. Aquí entran los montables que le ayudarán a entrenar sus habilidades motrices y sentirse cada vez más independiente y capaz.Le siguen encantando los juguetes que producen sonidos, como un piano, teléfono de juguete o alguno con botones y muchas posibilidades.
- Rompecabezas sencillos de 3 a 5 piezas
- Libros infantiles con texturas y actividades integradas que poco a poco preparen su pensamiento simbólico para el juego imaginario que inicia aproximadamente a los 3 años de edad.
- Marionetas y peluches para practicar el juego de imitación y relacionarse con los demás. Esta actividad estimula el lenguaje.